jueves, 17 de septiembre de 2009

44. DESATURÁNDOTE

Hace días, más bien semanas, que le doy vueltas a una idea. Al principio pensé que me había aburrido de los mismos peces y empezaba a distraerme con la idea de acariciarte. Al final, me di cuenta de que tus ojos tras la máscara me producían un escalofrío que recorría toda mi espina dorsal, desde donde acaba la botella, hasta donde la primera me toca el cogote. Aquella debilidad, terminó por erosionarse y ahí estás, enquistado aquí dentro, dentro de mi cabeza, dentro de mi corazón, en cada tejido, como las burbujas de nitrógeno. ¿Será que puedo intentar sacarte haciendo deco? Podría hacer que una corriente de burbujas de N2 arrastraran todas las imágenes que en mi mente tengo de ti, desaturar mis tejidos de tu presencia haciendo una larga descompresión, como si hubiera bajado a 60 metros, allí donde solo hay silencio y todo es…absolutamente azul. Me quedaría el tiempo suficiente para tener que hacer una parada a 9, otra a 6…

En el primer ascenso lograría fácilmente deshacerme de tacto de tu piel. Con el primer glup olvidaría el roce de tu brazo en mi cintura al saludarme; con el segundo, el roce de mi brazo en tu cuello al saludarte; con el tercero, el roce de tu mejilla en la mía al darme un beso; con el cuarto… empezaría a entrarme frío… Todo sigue azul y en silencio pero ahora tu piel ya no está enquistada en mi pensamiento.


Al llegar a la primera parada, puedo concentrar cada minuto en olvidar tu olor, diluyendo en el agua salada los aromas y deseos que me provoca tu cercanía, el sabor dulce de besar tu cuello, el aromaterapia de abrazarte…


En la segunda parada me empeñaría en borrar el recuerdo de tus ojos, olvidaría el color miel de tu mirada y la luz envolvente del iris, el aro mágico en el que me gusta verme reflejado, a la vez que percibo el contraste de colores con tu piel… y con tu pelo…y lo que me dicen tus ojos cada vez que hablas… ¡Ay! Había olvidado olvidarme de tu voz… Silencio en los fondos… olvidado.

Al llegar a los 3 metros, en mis tejidos no quedaría ni rastro de ti, habría dejado en el camino cuantas burbujas de nitrógeno fueran necesarias para contener cada poro de tu piel. Estaría a salvo, habría conseguido desprenderme de todo cuanto de ti me absorbe… Ascendería a la superficie convencido de la total desaturación hasta que me volviera para mirarte soltando el regulador y entonces cayera en la cuenta de que no había recordado olvidarme de tu sonrisa…