lunes, 18 de mayo de 2009

17. CROMOSOMA

Cuando era pequeño, hace ya bastantes años, recuerdo que en el colegio, en clase de Biología nos hablaron de genética, de las leyes de Mendel y de que hombres y mujeres estábamos diferenciados por nuestro cromosoma sexual X…
Lo que no recuerdo, quizá porque hace ya mucho tiempo de mi época escolar, es que hablaran de la singular aberración cromosómica XX-Sub y XY-Sub… Como llevo casi 15 años cautivado por la práctica del submarinismo creo que tengo experiencia suficiente para poder hablar de la existencia de estas singulares aberraciones genéticas…


En las muchas ocasiones que he compartido vacaciones, fines de semana o simplemente la inmersión de un día con otros compañeros buceadores, he experimentado que los cromosomas de los buceadores y buceadoras no son iguales a los de las “personas normales”.

Aunque actualmente con las nuevas tablas de descompresión, los márgenes de seguridad son muy altos, estoy convencido que después de practicar durante algún tiempo este fantástico deporte, el nitrógeno residual acaba “haciendo mella” en nuestros cerebros mutando los cromosomas originales que heredamos de nuestros padres a los mencionados XX-Sub y XY-Sub convirtiéndonos irremediablemente en individuos con una sensibilidad “especial”.

Aunque alguno, al leer estas líneas, piense que además de ser un apasionado del submarinismo no estoy bien de la cabeza, los que me conocen saben que ambas cosas son ciertas, eso no implica que mi teoría no sea correcta.

He coincidido con muchos compañeros en centros de buceo o en “cruceros live aboard” y, por regla general, ya que en toda teoría hay excepciones, tras compartir apenas unas horas en el ambiente que rodea a la inmersión, hemos pasado de ser meros desconocidos, o “recién presentados”, a tener una complicidad y una empatía muy singular y característica que pienso fuera de este ambiente no habría sido tan fácil de conseguir.

Opino que, en general, país de origen, raza, color, ideas políticas, clase social, preparación académica, condición sexual o estado civil quedan a un lado cuando eres capaz de compartir y compartes debajo del agua el sorprendente colorido de un pequeño nudibranquio, la elegancia de un tiburón patrullando el arrecife, la valentía de un pez payaso protegiendo su anemona o la atractiva silueta de una gran gorgonia y eso se traduce fuera del agua en una complicidad que se transforma poco a poco en una relación muy singular.

Obviamente compartir unas horas bajo el agua no implica que vayas a ser amigo de tu o tus compañeros de inmersión para siempre, pero considero que esta situación, para mi tan especial, saca lo mejor de nosotros, consiguiendo quizá, que nos mostremos más comunicativos, generosos, agradables, simpáticos… Sin duda, efectos secundarios del nitrógeno de los que nunca te hablan en el curso de buceo y que consiguen transformar nuestro cromosoma X_ por un X-Sub convirtiéndonos genéticamente en “mejores personas”.

En definitiva, defiendo y creo en la existencia de los cromosomas XX-Sub y XY-Sub y me considero orgulloso y muy afortunado de haber compartido hasta ahora muchos momentos increíblemente agradables con gente encantadora debajo y encima del agua, gente que padece la misma aberración cromosómica que yo… La pasión por el mundo marino.