lunes, 23 de noviembre de 2009

88. Y YO QUE PENSABA QUE ERA BUCEADOR...

Quien me lo iba a decir a mi, como podía imaginar yo que ese susto siendo un chaval seria mi primer contacto con el mundo del buceo.
Jamás hubiera imaginado que años después me atraparía de esta manera...
Yo siempre he sido uno de esos chicos que veían los documentales de la 2, pero de verdad, no por quedar como un joven culto e intelectual, nada mas lejos de mi intención, eso acabaría con la reputación de adolescente malo y rebelde que me había estado forjando a lo largo de los años.

Corrían los años 80 y yo que siempre he sido de secano, (he sido y soy, inexplicablemente no me gusta bañarme, eso si me enfundo mi neopreno y me trasformo...)estaba en un embalse de castilla, era agosto y hacia una temperatura cercana a los 40 grados, hasta un lagarto como yo necesita refrescarse...
Pero para meterme en el agua necesito una motivación; entonces recuerdo que hay unas viejas gafas de agua en el coche, son unas de esas antiguas, de las de un solo cristal y una goma negra con dos pequeños bultitos que se meten en los orificios nasales.
Me las pongo y me dispongo a ver peces de colores como en los documentales de Costeau que dan por la TV... pasa un rato y nada, luego aparecen dos o tres pequeños peces de tonos grisáceos, donde esta nemo y compañía me pregunto. Ya sé, que tonto soy, los peces grandes y coloridos están en las profundidades.
Pues nada habrá que bajar ahí, cojo aire meto la cabeza, subo el culo y con los pies fuera del agua pataleo para descender, tras varios intentos lo consigo, ya estoy buceando.
No puedo evitar imaginar a esos buceadores de los documentales y yo hago lo mismo, voy por el fondo con el pecho pegado a un suelo arenoso, cada vez que exhalo el aire se levanta una fina nube de polvo, llevo varias inmersiones seguidas y cada vez son más profundas, en esta ultima ya estoy cansado, he descendido al menos metro y medio o dos metros sin resultados hasta el momento, pero cuando ya casi no me queda aire y estoy apunto de subir “aparece”, en una de mis exhalaciones tras la consiguiente nube de polvo apareció, era un monstruo de las profundidades, hay no había colores, no había bonitas aletas alargadas, era una criatura oscura con una enorme boca llena de dientes y dos ojos redondos que me miraban fijamente, yo haciendo gala de una enorme Valentía y serenidad, di un gran grito bajo el agua quedándome sin un ápice de aire en los pulmones; mi instinto de supervivencia me dijo que debía ascender rápidamente si no quería morir ahogado y devorado por aquel enorme ser acuático.
Mire para arriba y veía los rayos del sol entrando en el agua, di un enorme impulso y empecé a mover piernas y brazos hasta alcanzar la lejana superficie, pense que no llegaba, nade los al menos 10 metros que me separaban de la orilla, salí del agua corriendo sin parar hasta llegar a un sitio seguro, una zona elevada donde aquella criatura enorme no pudiera alcanzarme...
Mi familia no podía creer que lo que les contaba, un pez de esas dimensiones con unos dientes tan grandes y una mirada tan penetrante... y encima a esas profundidades.
No volví a bañarme allí en todo el verano, seguro que estaba esperándome.
Con los años fui profesionalizándome en esto del buceo, amplié mi equipo comprando un kilt de gafas, tubo y aletas.
También me hice más exigente con los puntos de inmersión, ya no me conformaba con un simple embalse, ahora buscaba lagos limpios o tranquilas zonas costeras con aguas transparentes.
A demás practicaba un buceo mas seguro, ya no descendía a esas profundidades, me mantenía en superficie y cerca de la orilla.
Pero un año veranee en el Cabo de Gata, eso era otra cosa, el agua estaba mas caliente, más tranquila y mucho más transparente.
Sin hacer otra cosa que meter la cabeza en el agua podía ver decenas de peces, tenían rayas y colores. Descubrí una zona con pulpos, erizos, estrellas, etc.
Al año siguiente repetí, pero había medusas y me picaron un par de veces, tenia que decidirme entre quedarme en tierra o dar un paso mas como buceador y lo di, me compre un neopreno, ahora pasaba menos frió, me costaba menos entrar al agua y me protegía de las picaduras...
Por tercer año consecutivo repetí destino, ya era todo un experto buceador, tenia un equipo completo, con escarpines, guantes, capucha...
Cerca de donde me pasaba horas y horas en el agua había un centro de buceo, estuve curioseando por allí varios días, también me fijaba en los pueblos de alrededor cuando veía las embarcaciones salir o llegar con buceadores, me mezclaba entre ello y les escuchaba... me picaba la curiosidad.
Por fin un día me decidi y entre a preguntar, me explicaron que es lo que tenia que hacer, cuanto me podía costar, y el tiempo que me llevaría hacer un curso... ya era tarde se acababan las vacaciones.
Al año siguiente cambie de destino, el Cap de Creus... agua limpia pero muy fría y con el mar más movido, practicar mi particular buceo era complicado ese verano, pero había gente cargada de equipo que salía todos los días en barco y volvía contando lo genial que había ido, los bichos que habían visto y lo bien que se sentían tras una mañana de buceo.
Mi mujer que me conoce bien, sabia que los demonios me comían por dentro y me dijo que por que no me animaba de una vez y hacia el curso.
Por un momento estuve a punto pero era una semana estudiando y saliendo hacer las inmersiones y ella se tenia que quedar sola.
Decidimos que lo mejor era hacer un bautizo y luego si me gustaba a lo largo del año y con calma hacia el curso en casa...
Dicho y hecho, fui al centro de buceo hable con ellos y me dijeron que si quería esa misma tarde podía hacer el bautizo.
Así fue, me dieron unas nociones sobre como compensar al descender, me enseñaron unas señas para indicar al instructor como me encontraba y fuimos a una cala cercana para equiparnos y entrar en el agua.
Mentiría si digo que no estaba algo nervioso, pensaba si seria capaz de hacerlo, si no me agobiaría... pero aunque pueda parecer lo contrario por como he empezado mi historia, soy un tío bastante atrevido así que no dude en entrar por aquella pendiente de piedras hasta que me llego el agua a la cintura, con la ayuda de mi instructor me puse las aletas, gafas y regulador y empecé a nadar. Luego a la señal convenida de pulgares para abajo vació mi chaleco y comencé a hundirme, tarde unos segundos en relajarme y comenzamos el paseo... eso era otra cosa, peces, estrellas, pulpos, cangrejos...
Durante toda la inmersión mi instructor estuvo pendiente de mí de manera que me sentí cómodo y seguro todo el tiempo, me fue mostrando la profundidad a la que descendíamos, el aire que me quedaba en la bombona( si yo también llame bombona a la botella), me enseñaba peces y paredes de colores y cada vez que me preguntaba si estaba bien yo le decía que si, que bajara mas... el me hacia entender que no podía ser, pero a mi algo me estaba pasando, no se que es lo que tiene el buceo que nos engancha tanto pero yo empecé a sentirlo desde ese momento... Transcurridos 35 o 40 minutos y con mi manómetro a punto de entrar en reserva me dijo que se acabo, había que salir, yo le decía que un Poco mas, pero no había negociación posible así que empezamos un ascenso progresivo por la pendiente del fondo hasta ponernos de pie y salir a la orilla.
No sé que con que cara salí del agua pero mi mujer al verme de dijo: “ Ya esta liada” se acaba de despertar el buceador que llevabas dentro desde hace tantos años.
¡Como me conoce!, a los días, nada mas llegar a casa empecé a buscar centros de buceo cercanos, a pedir información sobre cursos y a la semana estaba sacando mi primer titulo.
Según acabe el open empecé con el avanzado y continue con otro de nitrox, todo ello así del tirón en memos de 2 meses.
Ya era un buceador titulado, podía bucear donde y cuando quisiera.
Han pasado dos años y más de 120 inmersiones y todavía de vez en cuando estando sumergido a mas profundidad de la que puedo contar, mirando cara a cara algún congrio más grande que yo, alguna morena con su boca llena de dientes o rodeado de barracudas, no puedo evitar sonreir pensando en el susto que debí darle a aquel pobre pez del embalse, años atrás cuando jugaba a ser Costeau...