jueves, 30 de abril de 2009

13. EL HOMBRE QUE AMABA EL OCÉANO

La luna resplandecía con su estela plateada sobre la bahía gaditana, cuando Enrique Seijas pensó que aquella podía ser una noche hermosa para morir, porque todavía guardaba en el bolsillo de su chaqueta la carta de despedida de su novia Lucía, razón por la cuál, había tomado la trágica decisión de poner fin a sus sufrimientos.

Su contacto con el mar había empezado desde pequeño, cuando contemplaba en la bahía de Cádiz bergantines y faluchos y los pescadores subían por Puerta Tierra con su carga de sardinas, ostiones, ánguilas, lenguados y cangrejos. Él desde pequeño quería ser marino y desde su ventana contemplaba la tarde brumosa y morada con sus vagas claridades malvas y grises, como si de pronto pudiera divisar en el horizonte la figura legendaria de una sirena. Por eso su libro de cabecera era la Odisea de Homero y su héroe preferido Ulises.

Quizás por todos estos motivos, Enrique Seijas siempre había soñado con ser marino y morir en el mar. Las horas más felices de su vida las había pasado junto a su novia Lucía en la pequeña embarcación que llevaba el nombre de su enamorada. Yo añoro el mar, vivir entre la arena, sentir de las galernas sus gemidos, llevar la piel azul como un vestido, puesto para mi lucha y mi condena. Estos versos los había escrito cuando apenas tenía quince años y ya soñaba con ser marino.

Deseando culminar sus fúnebres pensamientos, Enrique Seijas, recordó por última vez los versos que había escrito cuando era un adolescente, mientras su barco se alejaba lentamente de la costa. A lo lejos, el puerto de Cádiz era una miríada de luces y los cruceros de lujo iniciaban sus festejos nocturnos, mientras él pensaba que morir ahogado era una muerte dulce, una muerte por amor, cuando acababa de escribir con su alma de poeta, los versos más dulces dedicados a su amada, oh como olvidar este vacio, el vino de tu piel y tus cabellos, oh como soportaré el duro frío, siguiendo los andares de tu vuelo…Mientras su barco entraba en mar abierta, seguía pensando que había muchas cosas en este tipo de muerte que le atraían, ya que morir en el mar era el último mensaje que quería dejar a Lucía, la mujer de su vida y sabía que en la muerte por ahogamiento pasarían por su mente como en una película, los momentos más felices de su vida, un beso a la vez cansado y dulce, un roce de geranios y claveles, un desierto de penumbra entre las sombras, un cubil de pinturas y pinceles, mea culpa, mea culpa, una alborada silente entre los ojos, una postal de viñas y veleros, una mujer desnuda por la playa, una canción que canta el gondolero, mea culpa, mea culpa, Enrique Seijas paró su barco en alta mar decidido a cumplir su próposito. De pronto se quitó los zapatos y se fue desnudando lentamente, mientras recordaba versos de amor dedicados a su novia, solo sé que en la senda de tus senos, beberé las aguas del Leteo, que en tus viñas, el vino de Sileno, llevará mis sentidos al himeneo, mea culpa, mea culpa, Enrique Seijas se quedó desnudo frente al mar, como cantara Antonio Machado, mientras la luna extendía su estela plateada sobre el inmenso Océano. Pensó entonces que al ser verano, la temperatura del agua sería excelente y que la piedra que llevaría atada a su cintura aseguraría su descenso a los abismos.

Antes de tomar su trágica decisión encendió un cigarrillo y creyó observar en las volutas de humo el rostro de Lucía. Pensó una vez más que su muerte era una ofrenda de amor y se preguntó si en los últimos instantes de su vida, cuando le faltara el oxigeno a sus pulmones, vería como en un calidoscopio los momentos más felices de su existencia. Un albatros cruzo entonces sobre su cabeza, anunciando con su triste graznido, que aquel hombre iba a despedirse muy pronto del mundo de los vivos.

Fue entonces, cuando arrojo la colilla del cigarro al agua, introdujo la cadena entre los hierros que sostenían la pesada piedra y se la enrolló en la cintura. Metió después el candado, entre los eslabones de la cadena como si fuera el mago Houdini y recordó los últimos versos que había dedicado a su novia Lucía, solo sé que en tus ojos amanecía cuando llegaban los fríos del Invierno y sentía asediada el alma mía, al sentir la caricia de tus besos…

El cuerpo de Enrique Seijas cayó como badajo de campana sobre el agua y el descenso a los abismos insondables le pareció eterno, porque no pensaba que hubiera tanta profundidad en aquella parte de la costa africana. De pronto sintió una especie de escalofrío, cuando su cuerpo tocó fondo y un sentimiento de angustia se apoderó de su instinto de experto buceador. Su intento de supervivencia fue superior a la angustia de la pérdida de su amor y desesperadamente intentó volver a la superficie del agua sin conseguirlo. Parecía fácil abrir el candado y zafarse de las pesadas cadenas, pero veía que aunque era un experto nadador, las fuerzas le fallaban. Su cuerpo había quedado definitivamente anclado en el fondo del mar y de nada le sirvió agitar sus brazos y tratar de zafarse del pesado limo del fondo marino.

Enrique Seijas, por primera vez en su vida, se sintió perdido y pidió ayuda a Lucía, como si fuera un ángel guardián que pudiera rescatarlo de las tinieblas. Sintió entonces el recuerdo de su boca abierta, el esplendor de su pubis, la caricia de sus senos desnudos y su mente de suicida no se vió asaltada por visiones terribles, sino por inefables esperanzas de salvación.

Fue entonces cuando sintió una extraña sensación y comprobó que su cuerpo debía de tener alguna propiedad especial, común a los habitantes de los espacios profundos, ya que debajo del agua se sentía como uno más de aquellos peces multicolores que pululaban a su alrededor y por una misteriosa razón que no podía comprender, seguía respirando.

Y siendo esto así, lo lógico sería que intentara desprenderse de aquellas pesadas cadenas, ya que no podía predecir si aquel extraño fenómeno persitiría en el tiempo ó de pronto llegaría la sensación de asfixia a sus pulmones y moriría como un pez martillo atrapado en el fango de la fosa marina. Enrique Seijas, una vez más, intentó impulsar su cuerpo hacía arriba, pero no logró subir siquiera una pulgada, ya que se lo impedía el peso de la piedra y la pesada cadena que llevaba atada a su cintura.

Entonces se sintió impotente, deseando que pronto llegara un animal marino capaz de devorarlo y acabar con su angustia. Parece que sus deseos se hicieron pronto realidad, ya que observó a lo lejos la presencia de varios depredadores que poblaban los espacios marinos, los terribles tiburones, que sin duda le proporcionarían una muerte rápida. Él nunca había pretendido este tipo de muerte y por primera vez en su vida sintió miedo. Quiso hacer un movimiento con sus brazos para atraer la presencia de aquellos terribles escualos, pero apenas podía mover sus manos y su cuerpo parecía paralizado por la inercia. Se dio entonces cuenta, de que uno de aquellos terribles animales había acudido a su llamada y esperó la embestida, la dentellada mortal que acabara de una vez con sus sufrimientos. Pasaron unos segundos que parecieron eternos, como si se tratara de una película de suspense y nada sucedió. Abrió sus ojos espantados y apenas le dio tiempo de ver como aquella manada de tiburones se alejaba como impulsada por una fuerza superior. Recordó entonces momentos de su infancia en la playa de La Victoria, entre chapoteos en el agua y búsqueda de coquinas en la arena. Recordaba también los juegos con sus hermanos por la Caleta, intentando sortear la blanca espuma de las olas y también cuando soplaba con fuerza el viento de Levante y la mar se enfadaba y los pescadores no podían salir a faenar. A pesar de que Enrique Seijas estaba semiinconsciente pudo observar la inmensa belleza de las profundas simas marinas donde pululaban el diplodus sargus o sargo común, el mullus barbatus o salmonete de fango, la lisa ó mugil cephalus, el raspallón o dipludus annularis, la oblada melanura, la muraena helena ó morena, el conger conger o congrio, el hippocampus guttulatus, la lubina ó dicentrarchus labrax, sin olvidar hermosas algas como la padina pavonica, la codium bursa o la posidonia. Entonces recordó los hermosos versos que escribió siendo un niño:

Yo añoro el mar. Vivir entre la arena,
sentir de la galerna sus gemidos,
llevar la piel azul como un vestido,
puesto para mi lucha y mi condena…

No me dejéis marinos sin buscar,
el caliente calor de sus latidos…
sin sentir que en el mar yo he conocido,
todo lo que se tiene que gozar…

Dejar que me encadene con la tarde,
que me den para mi sed el mar umbrío
y que sienta yo el mismo escalofrío,
que si el amor en mis entrañas arde…

Dejar que me recree en el bajío,
dejar que su belleza me atenace,
dejar porque mi amor siempre renace,
si bulle con el mar el canto mío…

Dejar que me seduzcan las sirenas,
que se quede mi barca a la deriva
y que tenga sembrada con mi pena,
la belleza de un mar de amanecida…

Dejar que yo bogue en el estrecho,
que pasen las escamas por mi eslora
y que brillen las blancas caracolas,
sintiendo yo la brisa, aquí en mi pecho…

Quiero vivir donde se vea el mar
y sentir el latir de sus bramidos,
que mi tumba sea el mar, un barco hundido
y mi destino, por siempre, navegar…


Como las leyes de la mar son impredecibles, Enrique Seijas, nunca pudo saber el tiempo que permaneció semiinconsciente, mientras sus pulmones parecían branquias. De pronto le pareció advertir a los lejos la presencia de un nuevo animal que le miró con un solo ojo, como si fuera el terrible gigante Polifemo que contempló Ulises en la isla de Circe. Aquel animal parecía muy raro y se movía con torpeza en el agua. Tardó bastante tiempo en comprobar que lo que él había confundido con un monstruo marino, era una silueta humana, una hermosa mujer que llevaba sus piernas al descubierto y que portaba en sus pies unas inmensas aletas y adosada a su espalda dos botellas de oxigeno.

Entonces pensó que sus amigos le estarían buscando, que afortunadamente habían llegado a tiempo para salvarle por esa extraña virtud que tenía de respirar bajo el agua como si fuera un habitante de las profundidades y pensó también que ningún desengaño amoroso debe llevar a ningún hombre al suicidio. La vida es hermosa con sus penas y sus visicitudes y todos debemos luchar hasta el último aliento para solucionar nuestros problemas. Quiso entonces levantar la mano para saludar a aquella heroína anónima que intentaba liberarlo de sus cadenas y se desmayó cuando pudo distinguir a través de las gafas submarinas, los bellos ojos de Lucía a los que había dedicado tan bellos poemas de amor, solo sé que he libado en la corriente, donde yacen los locos agonizando, por un amor nacido de repente, mientras siguen los pájaros cantando…

Cuando despertó en el hospital entre tinieblas, Enrique Seijas vió de nuevo la sonrisa de Lucía y comprobó que el amor de su vida le pedía perdón mientras le agarraba de la mano y le apretaba con fuerza, como queriéndole transmitir todo su cariño, mientras él pensaba que su bella novia no era una mujer corriente, sino una bella sirena desprendida de las profundidades marinas…

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Nuevas aportaciones para el concurso

Algunas marcas que en los últimos días nos han confirmado su colaboración
Aunque todavía sin concretar cual será su participación y qué es lo que entregarán para el concurso, las reconocidas marcas:
I-Q Company
MARES
CRESSI
SCUBAPRO-UWATEC

nos han contestado que van a estudiar "con cariño" el tema para ver qué nos pueden ofrecer.
En los próximos días añadiremos sus logos a la imagen de portada, y a la sección correspondiente.


¡Gracias!

La mayoría aún no se han pronunciado ni han respondido, y otras varias ya han manifestado que no les interesa participar :(, no ponemos las marcas, porque no quedará bien, ¿verdad?

De cualquier forma y a petición de algunos, haremos una encuesta para saber si queréis saber quien apoya este tipo de iniciativas y quien no...






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Preguntas y respuestas importantes

Son varios los que nos haceis algunas preguntas sobre el concurso, intentamos aclararlas aquí.

¿Se puede enviar más de un relato por participante?

Si.
No hay límite de obras por autor.


Tengo un escrito publicado en un foro de internet ¿puedo participar con él?
Sí, se puede.
Lo hemos estudiado porque son varios los que nos habéis planteado esta pregunta, y dado que un foro o una web que publica relatos no es un concurso en sí, entendemos que ese relato no ha sido publicado en un medio escrito "formal", ni en ningún otro concurso de buceo...

Eso sí, en estos casos, tendréis que informarnos la fuente y si es posible la fecha en que salió, para enviar junto con la confirmación de recepción del relato, la aceptación confirmada de la participación con conocimiento del tema, para evitar posibles problemas o reclamaciones de otros participantes.


Hemos visto que algunos de los relatos participantes se podrán seleccionar para ser publicados en revistas impresas... ¿Hay que dejar constancia si que queremos que se publiquen nuestros relatos o no es necesario?

El hecho de aceptar las bases del concurso, implica que dais el consentimiento a que se puedan publicar en distintos medios escritos SALVO QUE SE MANIFIESTE LO CONTRARIO.
Esto significa que HAY QUE INDICARLO SÓLO SI NO SE QUIERE QUE APAREZCA PUBLICADO. Puede hacerse en el momento de enviar el relato o posteriormente si ya se ha enviado, y siempre por escrito.



Soy Fotógrafo y/o Dibujante/Ilustrador y me gustaría enviar alguna de mis imágenes para complementar los relatos, ¿como puedo hacerlo?
¡Por supuesto, y además estará muy bien!
Envíanos las imágenes por mail o ponte en contacto con nosotros para indicarte formatos, tamaños...
En principio no hay premios destinados a esto, pero si la participación es interesante (y seguro que lo és), haremos todos los esfuerzos por conseguir una Mención Especial para Imagen.
En cualquier caso, todas las imágenes recibidas irán siempre con el nombre del autor y se publicarán en el blog/web en una sección creada para ello, además de junto con los relatos.


¿Se sabe ya la fecha de entrega de premios?
Todavía No.
Está por concretar, pero será seguramente a principios del 2010.
La idea es hacerlo en algúna feria/evento de buceo, general o creada al efecto, y a quien no pueda asistir, indudablemente se les enviará a sus domicilios.


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12. SUPERACION

Cuando se sumergió por primera vez un mundo diferente se descubrió ante sus ojos.
Jamás imaginó tanta belleza y que se despertasen en él tantas emociones contradictorias.

Notó presión en los oídos pero disminuyó hasta desaparecer con esa maniobra que le habían dicho que tenía que hacer cuyo nombre ahora no podía recordar. El regulador en la boca le permitía respirar y formar parte del entorno acuático como si de un pez más se tratara. Cada aspiración que hacía tenía la recompensa de una cantidad de aire suficiente que le llegaba sin ninguna dificultad. Salvo su respiración ningún otro sonido. Sólo el tranquilizador silencio.

Todos sus sentidos se alzaron en un frenético remolino de actividad y su mente rememoró imágenes inventadas, pesadillas que ahora, de repente entendió absurdas.
Se sintió vulnerable.
Desde la inocencia de la niñez creció creyendo que ese otro mundo, azul e inmenso, que había arrebatado la vida a su padre era un sombrío paraje lleno de monstruos y maldades. Criaturas oscuras y malignas que le habían atrapado en el fondo. Le habían retenido sin dejarle escapar.
Nunca encontraron su cuerpo.

Él aprendió a nadar en la piscina municipal del barrio. Su madre le obligó a hacerlo. Pero nunca, en toda su vida, en todos aquellos años desde la muerte de su padre, se había metido en el mar. Le tenía miedo. Le aterraba la idea de enfrentarse a esos seres imaginarios y peligrosos que siempre creyó, equivocadamente, que habían ahogado a su padre. De vez en cuando se sentaba en la orilla y dejaba que las olas se acercasen y refrescaran sus pies descalzos.

Soñaba que algún día se atrevería a hacerlo. Vencería su miedo y sería capaz de ver qué había realmente en el fondo.

Por eso cuando se sumergió por primera vez se sintió libre. Libre del peso sin sentido del miedo. Se abandonó al nuevo descubrimiento tan real y vivo que deseó que allí donde su padre se encontrase disfrutara de una sensación tan sobrecogedora y mágica como la que sentía él en ese momento.

Y lloró. Por su padre, por él, por el mar. Sus lágrimas se mezclaron con el agua salada del océano. Supo con la certeza de una adicción que volvería, una y otra vez, a la sencilla majestuosidad del mundo submarino.

En toda su vida imaginó algo así. Era como ese pequeño acuario al que hace años le había llevado su madre para quitarle de la cabeza sus ideas sombrías. Sus pesadillas nocturnas de niño que le despertaban cada noche empapado en sudor y gritando el nombre de su padre. Tras esa visita desparecieron las pesadillas pero no el miedo al mar. Y ahora estaba allí. En ese otro acuario gigante pero éste descontrolado e inmenso. Infinito. Y lo mejor de todo era que se sentía, en su insignificancia, formando parte de él.

Sólo estaba a ocho o diez metros de profundidad pero lo suficiente para darse cuenta de todas las posibilidades que le brindaba. El agua era tan clara que al mirar hacia arriba imaginaba que podía tocar la superficie con su mano. Subían burbujas, transparentes, danzando sobre él. Le divertía intentar romperlas.
A su izquierda la pared del arrecife repleta de corales, que iluminados a esa hora por el sol, desprendían una gama infinita de colores. Peces de tantas formas y tamaños. De coloridos imposibles. Algunos, tímidos, se escondían debajo del coral mesa. Otros valientes se enfrentaban a él defendiendo su anémona. Estaba hipnotizado.

El guía, que no se separaba de él y sin que lo notase le tenía sujeto por la grifería de la botella, llamó su atención para que desviara la vista del arrecife y la dirigiera al azul. Un banco de mantas pasó, como sin rumbo fijo a su lado. Creyó soñar mientras veloces desaparecían en la distancia.
Una tortuga se acercó perezosa sacándole de su ensoñación. Mientras sus ojos no la perdían de vista vio como se acercaba al arrecife para conseguir comida.

Continuó su paseo disfrutando de todo lo que sus ojos podían abarcar. No sabía hacia donde mirar porque allí donde lo hiciese había algo de interés que despertaba su curiosidad. Un banco de barracudas que parecía cercano a la superficie. Ese nudibranquio pegado a la pared, de colores indescriptibles que se movía como mecido por olas imaginarias en un mar aparentemente en calma. Los peces payasos que se acercaban hasta casi tocar su máscara y le hacían reír. Las acogedoras gorgonias, como abanicos desplegados, que proporcionaban sombras al arrecife y también cobijo para algún pez halcón que se mimetizaba en su enrejado intentando pasar desapercibido.

Le intrigaba esa sensación de ingravidez que le permitía flotar entre dos aguas. Sentía que podía volar.
Sin darse cuenta terminó el tiempo de inmersión y tuvo que despedirse de ese maravilloso espectáculo. Había pasado todo tan rápido. En apenas treinta minutos había olvidado toda una vida de enemistad con el mar.
Si su padre se encontraba en algún lugar de ese nuevo mundo que él acababa de descubrir deseaba que la muerte no le hubiese arrebatado también la capacidad de advertir la belleza que le rodeaba.
Sonrió feliz porque por fin entendía la pasión de su padre por el mar. Se lo había intentado explicar su madre muchas veces pero nunca logró hacerse a la idea de qué significaba hasta esa primera inmersión, su primer contacto con el mar, su bautizo.
Y supo que a partir de ahora esa pasión sería la suya.

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miércoles, 29 de abril de 2009

PREMIOS DEL I CONCURSO DE RELATOS DE BUCEO: MARES.

MARES:


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Además de estos premios la casa MARES aportará diverso material de merchandising: camisetas, llaveros y un largo etcétera. Gracias!

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martes, 28 de abril de 2009

Agradecimientos a Patrocinadores y Colaboradores

Pronto podremos ir desvelando los premios que habrá para el concurso. Los escritores se van animando a participar y enviar sus relatos, y los patrocinadores a ofrecer lo mejor de sus propias casas, para premiar el esfuerzo...

Sin prisa pero sin pausa, y a pesar de la crisis, las empresas, instituciones, clubs, centros, organismos... etc. a los que estamos solicitando su colaboración en el concurso, se van manifestando y aportando sus pequeños grandes granitos de arena.
Sabemos que la participación al concurso no tiene solo una motivación del premio material, pero que esto anima mucho... También ellos lo saben, de agradecidos está el mundo lleno, y al final, es una iniciativa buena para todos.
A ninguna marca le gustará que digan "uy estos, que no han dado nada para el concurso", asi que pronto os iremos desplegando la larga lista de premios que estamos consiguiendo, para que no cejéis en el empeño de escribir lo mejor de vuestras experiencias o imaginaciones en el agua.

La espera va a merecer la pena, seguro...

Podríamos ir adelantando lo que vamos teniendo, pero preferimos esperar para darle más emoción al asunto.

¡Gracias a los PATROCINADORES POR EL ESFUERZO!! En tiempos difíciles como estos, sabemos que es un esfuerzo hacer regalos...


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11. FLOTO

Floto; Mecido por la corriente, entre dos aguas, mientras a mí alrededor los peces se ceban con mi tragedia.
No podía imaginar que tamaño accidente podía ocurrirme a mí, sobrado como estaba de experiencia y confianza en mis propias fuerzas.

Hasta el día: luminoso y cálido, tan solo ofrecía la promesa de alegrías, bondades y ¿Quién sabe? Quizás hasta amor. Nada había en él que presagiara este trágico final.


El variopinto grupo había forjado su amistad en un foro de buceo del que había surgido la iniciativa de celebrar un encuentro o “quedada” que diera cuerpo y carne mortal a los fantásticos nombres que los identificaban.

Personajes tales como: Mariposilla caribeña, Calamardo, Mero calimero y otros de igual tipo y que tras la pantalla debatían, ya fuera furiosa o jocosamente, sobre las ocurrencias de cada uno. Individuos que firmaban sus escritos con sentencias del estilo de: -“El agua del mar: la mejor para el caldero”- ó –“De pequeño: chupete. Y de mayor: regulador“- constituían la fauna de dicho foro.
Llegados de todas las partes del país, nos reunimos en el bar designado como punto de encuentro.
Hasta allí, fueron llegando bien en parejas, bien en solitario los participantes.
Tímidos en principio, amigos de toda la vida al poco y hermanos al amanecer. Retomamos viejos debates en encendida y ruidosa algarabía alargando un encuentro durante el cual: comimos y bebimos, bebimos y volvimos a comer. Y finalmente bebimos, bailamos y en los ojos brillantes de “Sardinilla Cantábrica” me pareció vislumbrar un destello tan solo para mí.

Ya la tremenda horda arriba al club, acallando con su estruendo al mismísimo compresor. Ya los Master se aprestan para un largo día con un suspiro mientras al fondo, acobardados, los buzos ajenos al encuentro se estremecen como ovejas ante lobos preguntándose -¿Y con estos vamos a ir nosotros?-.

¡ESE REGULATA, PÁ MI!- dice uno. -¡ESTE CHALECO NO ES DE MI TALLA, DEJAME EL TUYO! – exclama la otra. - ¡NI LO SUEÑES!- responde la aludida.
Por mi parte, cual galán de película, voy reuniendo lo mejor de la cosecha para la “Sardinilla Cantábrica”, buscando la recompensa de otro lucero en sus ojos y para mi alegría recibo el premio de una disimulada caricia.

-“No estás a lo que estas.”- se ríe “Mero Calimero”. – “Ahora te queda solo la morralla”- . Un vistazo rápido confirma la verdad de sus palabras, tan solo quedan los equipos más viejos y usados. Renegando por lo “bajini” y tras múltiples cambios termino de montar y comprobar mi equipo. En la lancha, los foreros, aplauden mi llegada mientras entonan a coro: - TARDOON, TARDOON –

Se forman las parejas y el guía morocho se queda a “Sardinilla”. –“Es que tiene pocas inmersiones”- alega el maldito.
Breve “briefing” y al agua; fresca y luminosa, con una visibilidad que no disminuye pese a la profundidad, constituye el sueño de un buzo. La falta de vida por la presión de la pesca no impide el placer de la bajada. Enrabietado como estoy con el morocho maldito, me separo del mi compañero indicándole que todo está bien, que voy a tomar una foto y como todo el mundo sabe lo pesados que llegan a ser los fotosubs con sus tomas, me deja a mi aire mientras se dirige al cabo con los demás para la parada de seguridad.

Entonces sucedió: El dolor me atravesó como una flecha, tan agudo y solido que, por un instante, me creí asaeteado por un pesca sub imprudente. Un parpadeo y todo había terminado; nadie podía hacer ya nada por mí.

¡Mienten! os lo puedo asegurar, aquellos que dicen que ves desfilar toda tu vida ante ti. Ante de mis vidriados ojos tan solo aparecían aquellos momentos del curso de buceo en los que me advertían una y otra vez de la posibilidad, remota pero real de mi tragedia.

¡Ay de mí! Cuando mi cuerpo descanse: frio y blanco, sobre el suelo de la embarcación y sus rostros, en contraído rictus me contemplen, no podrán evitar un estremecimiento.- “Que horror”- dirán. – “Podría haberme pasado a mí” – pensaran. Y qué decir de ella: mi Cantábrica sardinilla. ¿Buscara consuelo en los brazos del morocho ó con rubor en sus mejillas, tomara mi mano lívida en postrera despedida?

¡Ay de de mi! En tu memoria, Sardinilla, no seré yo el mejor de tus recuerdos y los foros se harán eco de mi desdicha

.- Pobre, tan joven y acabar así – dirá uno. – La edad no tiene nada que ver en esto, es culpa suya – dirá otro. – Pues si piensas eso es que eres un facha – añadirá un tercero – Y tu un rojo matapeces- responderá el aludido – Chicos, chicos. Haya paz, que el hecho es triste – intentara mediar un cuarto. Y así, una entrada tras otra hasta que el Webmaster, aburrido, acabe borrando el post.

El momento ha llegado ya, las voces me llaman impacientes, me reclaman, me dicen que vaya hacia la luz y hete aquí que como los clásicos ante el barquero: Caronte, habré de rendir cuentas si quiero subir a su barca.

¿Cómo le explicare que me he “cagaó”?

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10. UN MENSAJE PARA CANDELA

Escuchas el latido de tu corazón, nada más, fluyes en un mundo líquido, ingrávida, cual astronauta, moviéndote lentamente en la más absoluta oscuridad, sólo recibes percepciones de tu entorno, lejos del miedo, cómoda, curiosa, desconoces el estrés, no te preocupa el respirar, como en un nirvana te elevas, sientes y te preparas para todo lo que ha de llegar.


Es tu primer Océano: el líquido amniótico, cuando nazcas descubrirás el mar;
A ti Candela, quiero ser yo la primera que te hable de él, de sus habitantes, del mundo submarino, del privilegio que disfrutamos- tan intensamente- quienes buceamos.

A ti Candela, que tu primera experiencia con la vida es un mundo líquido, profundo, que tu cordón umbilical se convierte en tu regulador, tu vínculo vital,
para ti que estás a punto de nacer, tengo un mensaje importante que darte.

El Océano es una maravilla y los seres que viven en él también.
El mar es “otro mundo” otra forma de vida, cuando me sumerjo pertenezco a este fantástico mundo, donde soy yo el ser “extraño” aceptado con resquemor, entre todos los seres que lo habitan.
Los arrecifes de coral deberían estar catalogados entre las 7 Maravillas del mundo, una de las más brillantes arquitecturas naturales, ecosistema único, “planeta” de millones de habitantes.
Me encantaría poder enseñártelo, compartir contigo la sensación de sumergirse en el mundo del arrecife, contemplar la vida que habita en él, como se relacionan entre sí sus inquilinos, el equilibrio natural, la simbiosis entre ellos, la pirámide alimenticia...
…Pero cada vez es más vulnerable e indefenso, y somos nosotros quienes podemos hacer algo porque las cosas cambien, porque tú puedas conocerlo como yo….

El hombre deja una triste huella tras de sí, tapizando los fondos con latas y desechos, envenenado sus aguas, esquilmando indiscriminadamente sus caladeros, dinamitando, arrasando,………

Si de verdad fuéramos conscientes del daño que hacemos,…quizás algo cambiaría. ¿Cómo alguien capaz de conmoverse ante una puesta de sol o emocionarse con un bello paisaje, segundos después puede tirar una lata?... La admiración debería llevarnos al respeto.

El mundo al que vienes tiene muchas cosas buenas pero también mucho que mejorar, tu generación llega con un fuerte reto. La lucha empieza dentro de uno mismo: querer mejorar, podemos ser mejores y contribuir a que lo sean quienes están a nuestro alrededor, muchas veces basta con el ejemplo.

Mientras pienso en todo ello, termino de colocarme el neopreno, ajusto mis aletas, gafas, regulador... y una vez mas vuelvo a sumergirme en este regalo llamado mar.
Hoy pensaré en ti, con un único sentimiento: ¡!!Ójala puedas disfrutar de todo esto ¡!!
Dedicado a mi sobrina Candela.

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LISTADO DE RELATOS

PROXIMAMENTE LOS RELATOS DE LA 2º EDICIÓN
Según vayan entrando los relatos participantes, aparecerán publicados en la web del concurso. Mientras tanto, puedes leer los de la edición anterior.

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Estos son todos los concursantes de la primera edición de, concurso, si quieres leerlos, pincha sobre el nombre para acceder al relato completo.

1. EL AÑO QUE DECIDI BUCEAR (VIVIR DE NUEVO)

2. EL INSTRUCTOR (NC)

3. LA REINA DE LOS MARES

4. LA FISICA DEL AIRE

5. QUE COMIENCE EL ESPECTÁCULO (NC)


6. LÁGRIMAS

7. EL HOMBRE DE SAL

8. UN CUENTO para SUBMARINISTAS SOBRE LA LIBERTAD Y LA CRISIS. Basado en ISAIAH BERLIN.


9. DIARIO DE SIPADAN

10. UN MENSAJE PARA CANDELA

11. FLOTO

12. SUPERACION

13. EL HOMBRE QUE AMABA EL OCÉANO

14. Y SE HIZO LA LUZ

15. CONTACTO SUB AL SUR

16. HOY TAMBIÉN ME PARECIÓ VERLE


17. CROMOSOMA

18. EN BUSCA DEL HIPPOCAMPUS GUTTULATHUS

19. MI AMIGO EL CONGRIO

20. LA VERDADERA LEYENDA DEL POZO AZUL

21. EL VERRACO


22. UN DÍA EN MEDAS (NC)

23. LOS EXTRAMARINOS

24. 61 m (NC)

25. UN NUEVO TEMPLO PARA SALOMÓN

26. UN SUEÑO

27. Y SE HIZO LA LUZ

28. BUCEO EN EL ESCORIAL DEL PARQUE NACIONAL LANÍN-ARGENTINA


29. CÓMO SER BUZO Y MORIR EN EL INTENTO


30. LOS HIJOS DEL AGUA

31. LA BUZA NOVATA (NC)

32. EL AROMA DEL RECUERDO

33. UNA BURBUJA EN EL MAR

34. MI CORAZÓN TIENE ESCAMAS


35. ME SIENTE BAJO EL MAR

36. UNA EXTRAORDINARIA GALERÍA SUBMARINA

37. CONJUNCIÓN 2012

38. EL BUSCADOR DE ESPONJAS

39. BURBUJAS QUE DICEN ADIÓS

40. UNA HISTORIA INCREIBLE

41. EL UMBRAL

42. UNA MAÑANA ESTUPENDA


43. EL GASTERÓPODO QUE ENLOQUECIÓ AL SUR DE CHILE

44. DESATURÁNDOTE

45. EXPERIENCIAS DE BUCEO DE ENRIQUE STEFFENS


46. EL PEZ

47. VERANO DEL 80

48. EL SECRETO DE LA MAR

49. YO BUCEO

50. RESPIRAR

51. UN, DOS, TRES, INMERSIÓN

52. GRASSY Y TEDDY (...Un cuento)

53. LA RAPADURA

54. LA PROFUNDIDAD QUEDÓ ATRÁS


55. ALEX Y SU OTRO MUNDO

56. EL SUEÑO DE LA GRAN BARRERA

57. SELVA DE NIGERIA

58. EL HOMBRE QUE SE DIJO A SI MISMO QUE PROVENÍA DEL MAR

59. INMERSIÓN DE BAJO RIESGO

60. NARCOSIS DE NITRÓGENO

61. ENTRE LOS CORALES


62. INOLVIDABLE INMERSIÓN


63. EL ANILLO SUMERGIDO

64. QUIERO SER MAR


65. DUELO ENTRE ARRECIFES

66. NITRÓGENO

67. NO HAY JEFES BAJO EL MAR

68. LA INMERSION MAS TEK

69. AZUL DE RECUERDOS

70. LAS PIEDRAS DE JUANICO

71. MIS EXPERIENCIAS DE UN BUCEO RESPONSABLE

72. RETORNO AL PARAISO

73. EGIPTO AJETREADO

74. SUBMARINEUM SOLAE

75. MAREA

76. ¿CASUALIDAD?

77. PRESENTE DE SAL

78. BUCEANDO EN LAS PROFUNDIDADES DE LOS SENTIMIENTOS

79. CRÓNICA DE UN RESFRIADO

80. EMILIANO

81. 010100

82. EL RESURGIR DE LOS MARES DE TOSSA

83. LOS MARES DE CHINA

84. EL DESCUBRIR DE UN NUEVO MUNDO

85. AL OTRO LADO DEL ESPEJO

86. ALEERA

87. NARCOSIS YO...

88. Y YO QUE PENSABA QUE ERA BUCEADOR

89. DE LO QUE ACONTECIÓ AL FAMOSO DON QUIJOTE Y SU ESCUDERO SANCHO EN SU SEGUNDA LLEGADA A BARCELONA Y LAS EXTRAÑAS AVENTURAS QUE ALLÍ PASARON.

90. RECONCILIACIÓN

91. UN DÍA DIFERENTE

92. AQUELLOS CABALLEROS.

93. UN NUEVO MUNDO

94. BUCEANDO

95. UN GRAN ENCUENTRO

96. MANOS DE SAL

97. PROBABLEMENTE CUANDO ME SUMERJA ENCUENTRE LAS RESPUESTAS

98. UN BAUTISMO MUY ESPECIAL

99. LA ESCAPADA

100. AZUL LAPISLAZUL

101. ¡¡¡EL DÍA MÁS FANTÁSTICO!!!

102. OLOR, SABOR Y COLOR DE RECUERDOS INOLVIDABLES

103. UN ESCÉPTICO EN DARWIN

104. DIVINIDADES DE MAR

105. RIVALES

106. EL DÍA DEL TIBURÓN

107. DE POR QUÉ LAS PERLAS SE PUEDEN CULTIVAR.

108. PLACENTA SALADA.

109. VOLVER AL GRAN AZUL.

110. ESCUALO.

111. ESTE TÍO ES UN DESASTRE.

112. EL REY DE REYES.

113. LIBERTAD.

114. EL CAPITÁN.

115. TERRITORIO LONGIMANUS.

116. LOOKING FOR PARADISE.

117. LA ÚLTIMA INMERSIÓN.

118. POR QUÉ BUCEO SI SOY DE SECANO.

119. LA PRIMERA MAÑANA DEL MUNDO.

120. SIN PODER PENSAR.

121. VOLVER A NACER EN EL FONDO DEL MAR.

122. UN MAL COMIENZO.

123. UNA INMERSIÓN DE INICIACIÓN.

124. TRAS LA HUELLA DE ATLANTIS.

125. EL HELICÓPTERO.

126. A 30 METROS.

127. GALÁPAGOS.

128. UN MAR DE SORPRESAS.

129. PERLA PERDIDA.

130. EN EL FONDO DEL MAR.

131. RESPIRACIÓN.

Última actualización 05/01/2010


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lunes, 13 de abril de 2009

9. DIARIO DE SIPADAN

El vuelo de ida: No me atrevo a calcular de nuevo las horas que tardamos en llegar, alrededor de 30 H de viaje!

A las 4:30 A.M. nos esperaba el taxi para llevarnos al aeropuerto en Madrid, el vuelo a Roma, nuestra 1ª escala, 6:35 A.M.
Sobre las 8:30 A.M llegamos a Roma, después de casi cinco horas en Roma, llega el trayecto mas largo: A Kuala Lumpur. A pesar de ir equipados hasta los dientes de material para entretenimiento (libros, revistas, películas, etc ) nos sobra casi todo; El avión es muy cómodo y el trayecto se hace bastante llevadero
3º vuelo: a Kota Kinabalu: las fuerzas van decayendo, el equipaje de mano cada vez pesa más , los pasillos se hacen más largos, las esperas interminables y lo peor de todo es no saber si toca dormir, comer o cenar. Bienvenidos al cambio horario!!
4º vuelo: de Kota Kinabalu a Tawau: 50 minutos de vuelo doméstico. Cada vez estamos más cerca. llegamos a Tawau, nuestro guía al que apodamos“uñas largas” encargado de recogernos, nos lleva al minibus.
Falta una hora y media más de carretera mas otra hora de barca para llegar a nuestra isla semi desierta en mitad del indopacífico malayo.
Esto parece uno e esos concurso de la tele donde ponen a prueba a los concursantes haciéndoles pasar mil odiseas!!Dos personas arrastrando pies y maletas!
Y llegamos al hotel de Mabul. ¡!!Por fin!!! Ahora a pensar en bucear.
Allí estamos apuntados en la pizarra para bucear al dia siguiente:
Barco Smart 11, guía Patrick, hora:5:30 A.M.!!!! Pero a esa hora ya están los peces???? Empezamos con una nocturna???
Ay!!!!que aún no nos hemos recuperado y esto ya ha empezado!!!!

Días de buceo: Lunes: 4:30 A.M suena el despertador ¡!Arriba!!! Por fín vamos a bucear en Sipadán!!!!
Aunque tengo que confesar mi momento de debilidad de quedarme durmiendo,…je,je…
Pero hay tantas ganas de bucear que lo supero sin problema.

Desayunamos lo poco que hay en el restaurante porque a estas horas no hay ni cocina y ¡al barco con los equipos!.

En la pizarra vimos un grupo de nombres inconfundibles: Ernesto, Ana, Sergio, Jorge… ¡!Españoles!!!biiiien!!! Ya los localizaremos.

Nuestro barco, Smart 11, es un arca de Noé, uno de cada especie! Tenemos chinos, japos, holandeses tal vez, guiris en general. Bueno, es parte del concepto “vacaciones”
Nadie habla nuestro idioma y nosotros apenas hablamos inglés, Rodeados de gente que no entendemos ( aunque esto tambien pasa en España…) ¡Qué divertido!! Lo único importante es captar al guía: “¿Ha dicho arrecife a la derecha o a la izquierda?” 45 minutos de inmersión,.. Barracuda point..Al agua!!!¿Cómo describir la primera inmersión?
Después de tres meses sin bucear, con unas ganas tremendas de volver a sentir la ingravidez del submundo, se repite la maravillosa sensación de sumergirte!!!
El buceo es como el encuentro con un viejo amigo, comienzas a hablar y parece que no ha pasado el tiempo!!Por fín sumergidos en Sipadán!! El agua es una delicia,28º
Pared a la izquierda, fondo incalculable y no tanta visibilidad como decían. Mirando al azul en busca de sorpresas. La 1ª impresión es el Rojo, Yolanda´s reef., la pared está repleta de vida y colores, corales blandos, gorgonias, peces multicolores, corales barril, Carmelo desde el 1º momento no para de hacer fotos. Yo me he traido la Olimpus pero no la bajo aun, sé que con las fotos me voy a despistar, je,je La única pega de la inmersión es que no vemos ni una barracuda!!!! “No Barracuda!!!”

La isla es de película, verde con las palmeras que se salen hacia fuera, el aro blanco de arena que bordea la isla y aguas cristalinas, con toda la gama cromática del azul.
Nos preparan un tentempié a base de café y sándwich de algo que parece miel y al ratito, al barco de nuevo a por la 2º inmersión!
En la isla coincidimos con el gupo de españoles ,son siete. Quedamos en apuntarnos esta noche a una nocturna y en su barco para mañana, es que donde vamos los españoles, hacemos piña!!!

A comer! Dejamos los equipos en el Dive Store, muy bien montado, con perchas para los trajes, cajones con el número del Smart para dejar el equipo y que nos lo lleven de nuevo al barco. Unos pilones para endulzar los equipos y los mapas de las tres islas: Sipadán , Mabul y Kapalai con los puntos de buceo.

El comedor es de lo más Internacional, hay gente de todos los paises, por lo menos 150 personas en el resort.

3º inmersion Mabul. Cambia mucho el cuento comparado con Sipadán. Es una inmersión mas sencilla, nada que ver con lo que hemos visto en Sipadán. Está bien para Macro. Nada más tirarnos, esta vez voy con la cámara, nos entretenemos con un minúsculo pez sapo amarillo y a pesar de haberlo hablado repetidas veces:”Cuidado con distraernos!!” cuando levantamos la cabeza, después de tropecientas fotos,…allí no hay nadie!! Carmelo me hace señas de que no me mueva mientras sube a superficie a mirar. Ni rastro. Vaya estreno!!! Al final subimos los dos . El barco nos recoge y volvemos a tirarnos donde Patrick nos espera sonriente, menos mal! En España hubiera sido una bronca.
Martes 3 Abril de 2007 :Hoy buceamos a las 9:30 A.M. Totalmente recuperados del cansancio, cuesta menos el madrugar. Ya somos parte de la isla, se nos ha olvidado el palizón del viaje, el cansancio y el trabajo. Durante estos dias vivimos para bucear y hacer fotos sin recordar otro tipo de vida.
Nuestro comedor siempre ajetreado, es punto de encuentro a las horas claves: desayuno, comida y cena. Tienen una zona con TV donde la gente se sienta a tomar algo, ¡esto es un invento! En la isla, de arena blanca , no necesitamos ni siquiera las chanclas, descalzos a todas partes. A la entrada del bungalow y del comedor hay un barreño con agua para quitarnos la arena, hay que entrar descalzos a los recintos. Me parece que me va a sobrar toda la maleta.
Hoy salimos a bucear con nuestro nuevo grupo de compañeros, cómo se nota ¡!
el ambientillo del barco es divertido, estos son unos gamberros!!También ganamos en el buceo, el primer dia nos inflaron a patadas!! debajo del agua cada uno va a su aire, fenomenal! Nos quedamos en la retaguardia del grupo, entretenidos con las fotos.

Sipadán sigue sorprendiéndonos, en la 1º inmersión de hoy, Hanging Garden, hemos recorrido una pared a la izquierda terminando en un jardín de corales.
Las tortugas son constantes , hemos salido los últimos, alargando los 45 minutos establecidos, mientras esperabamos en superficie que el banco nos recogiera, comentando animadamente los detalles de la inmersión, a nuestro lado han aparecido dos manchas enormes ¡!Tortugas!! A dentro otra vez! He metido al cabeza sin las gafas y el regulador!! Carmelo ha podido sacarles unas fotos.

La 2º inmersión es una pendiente más suave, con muchas rocas , corales barril y sobre todo, tiburones puntas blancas.
No paran de aparecer tiburones ,es facil acercarse a ellos cuando se posan en el fondo ,quietos, observándonos. Como dijo uno de estos: son los ferrari del mar, imponentes! A pesar de ser pequeños -1 metro y 1,5 m, - la mirada que tienen desafía al más valiente. No es cualquier bicho, queda claro. Hoy es un deleite para la vista, nos obsequian con su presencia, no hace falta esforzarse para verlos.

No me hago con la Olympus, se la cambio a Carmelo durante parte de la inmersión a ver si soy yo. Y mientras, tiro fotos con la Canon,..!esto es otra cosa! Parece que me han dado un motor de avance en lugar de una carcasa submarina. Me lio a tirar fotos a todo lo que se mueve ,..Y parece que me salen! Yujuuu!!! Ahora sí tengo un problema! Quiero una como esta. Qué felicidad! No pesa nada, enfoca perfectamente y rápido.

3º inmersión Plataforma Mabúl: Es el vertedero de la plataforma petrolífera, es un sitio más bien feo, de arena y rocas y con poca limpieza.
Hacer una inmersión como esta requiere una mentalización previa, por ello a casi nadie le ha gustado. Para nosotros, en cambio, ha sido una buena oportunidad fotográfica. La primera parte de la inmersión me he dedicado a la búsqueda intensiva de bichitos, hay infinidad de vida pequeña en lo que aparentemente parecen sólo piedras. Nudibranquios con sus mejores galas , minúsculos , casi desapercibidos, en cada roca que miro. El pez escorpión difícil de reconocer, aparece si fijas bien la vista, el cocodrilo camuflado en la arena, pequeños gobios, hasta un caballito pigmeo mimetizado en una Gorgonia

Carmelo me pasa la cámara , hoy no he bajado la Olympus. No se me dá mal. Carmelo me facilita la labor, señalizándome bichos, una de las veces, encontramos dos cocodrilo ,uno detrás de otro, en la arena, Carmelo me señala el primero y se acerca con tanta confianza que detecto que no ha visto el segundo ¡lo va a tocar! Ve mis señas a tiempo y por la cara que pone no lo había visto! Seguro que ha dicho, como buen canario:” !!Ñooosssss!!!” esto de la composición resulta complicado debajo del agua, también lo de “acércate más” a ver si me lo voy a tragar!..

Ya en el barco, hablamos por la hora de silencio “¿viste aquello..y lo otro…he hecho una foto!!!... a ver si sale…!

Miércoles :Hoy repetimos horario de las 9:00 A.M. La primera es en Mabúl, más macro . Volvemos a desayunar o a comer, ya no sé lo que toca, aunque la comida está buena hay poca variedad, y los noodles con verduras empiezan a ser una constante a todas horas. Descubro las tortillas a la carta, te las hacen como quieras, bueno!
Hemos encargado un DVD, el cámara viene con nosotros a las inmersiones de Sipadán y nos graba!qué divertido! hay ambientillo en el barco, éstos no paran de hacer chorradas, ya de por sí, siempre vamos con risas, y hoy, Con una cámara delante más aún.

Barracuda Point: decididamente no es la época de la barracuda, ni rastro de los fantásticos bancos de barracudas que vimos en videos de internet, aún así es un gran punto de inmersión, sobre todo por los tiburones puntas blancas.
En el agua nos quedamos los últimos, como siempre, hoy ,con el cámara todo el mundo quiere salir en el video. Tiramos varias fotos de ambiente, con mi segunda dedicación: posar. Hasta ahora apenas habiamos hecho ninguna.
En el último tramo de la inmersión, empiezan a aparecer tiburones, hay momentos que contamos cinco o seis juntos, es un espectáculo. De primeras estás bastante huidizos hasta que desaparece todo el mundo y nos quedamos Carmelo y yo. Empiezo a notar más proximidad, no sé si es curiosidad o que ya somos minoría, pero los puntas blancas aparecen mas confiados, creo que nos están estudiando, van y vienen en torno nuestro, acercándose más, , observo el ir y venir de los tiburones, se para uno en frente de Carmelo, posando para la foto, el segundo hace lo mismo a su lado, un tercero que ronda por aquí, también se alinea con los otros dos. Espectacular!!! Parece que están desafiando a Carmelo, los tres parados frente a él. Hay otro más bastante cerca dando vueltas, no sé si son cosas mías pero noto cierta tensión en el ambiente, a ver si van a mirarnos de otra manera…vuelvo a hacer señas a Carmelo para irnos. Alcanzamos al grupo, y subimos a superficie. Me ha gustado mucho la inmersión, he notado que me subía la adrenalina en un momento con los tiburones, guau!! Qué será el dia que nos encontremos con los grandes!!!
3º inmersión: South Point:Hay corriente, iniciamos la inmersión por la parte superior, a unos 15-17 m, en un momento que cambia la corriente, vemos al grupo que vuelve, cambiamos a favor. Al rato ocurre lo mismo y volvemos a cambiar.

Parece la calle del pueblo los domingos, todo el mundo calle arriba, calle abajo. A pesar de la corriente, la inmersión resulta sencilla, es semi pendiente, con multitud de rocas y corales duros, mucha vida y muchas tortugas, las que están un poco lejos ni las perseguimos- como los primeros dias- más adelante hay más. Alargamos la inmersión, como siempre, lo que podemos, salimos los últimos, en torno a la hora de buceo y como nadie se queja de momento, seguimos abusando,je,je. Es lo que tiene Sipadán, no quieres salir del agua!!

Jueves: Hoy es el último da de buceo de nuestro entrañable grupo, les vamos a echar de menos cuando volvamos a la selva de orientales .5:30 A.M. : Drop Off: Para mí, el mejor punto de buceo de Sipadán. Otra de las ventajas de esta hora es ver amanecer en el barco. Salimos de noche y en el trayecto a Sipadán- 15-20 minutos- se abre el dia. No hay ganas de hablar ante este espectáculo, sólo queda deleitarse la vista; la minúscula isla al fondo cada vez más cerca, definida por el verde de las palmeras que ocupan su pequeña extensión enmarcada por el aro blanco de la arena. Y el sol abriéndose paso entre las nubes, rompiendo la oscuridad. Allá vamos con nuestro neopreno puesto, un café y poco que hablar. ¿Qué nos regalará hoy Sipadán?
El dia está nublado y menos cálido que otra mañanas, con pinta de llover. Amir, el guía, nos indica que vamos a permanecer un rato a 5 metros para ver los peces loro jorobado, frecuentes en este punto y esa profundidad. Es un pez bastante más grande que el loro, destaca por su joroba en la frente y su prominente dentadura. A ver si hay suerte!

A la indicación de Amir nos tiramos, según caigo veo pasar tres o cuatro juntos ¡Si que es grande! Carmelo ya está haciendo fotos. Ahora aparece un grupo mucho más numeroso, van en manada, alineados, como una procesión o más bien un rebaño.
Es un espectáculo, pasan a nuestro lado a buen ritmo, sin perder al grupo ni inmutarse ante nuestra presencia, parecen mirarnos, con ese gesto peculiar que les confiere la boca abierta cargada de dientes ¡!pero si parece la boca de un burro!! Un mordisco de este bicho sí tiene que doler…Además tienen pinta de que muerde uno y te muerden todos, cualquiera se anda con tonterías! Su presencia impone!

2º Turtle Pach: Este punto de buceo es uno de los que más me gusta . He desistido de bajar mi Olympus porque no me hago con ella asi que nos turnamos la Canon.
Es muy difícil, mucho más de lo que parece, lograr una buena foto. Cuando me quiero dar cuenta, estoy disparando fotos como loca, hay que pensar más!!
Encuentro unas rocas con varios peces angel emperador, que entran y salen de los recovecos. Me posiciono y espero el momento en que parezcan dentro del encuadre. Después de varias tomas y demasiado tiempo allí, el que aparece en el visor es Carmelo haciéndome señas, con cara de pocos amigos….oh!oh!... también es una buena foto,
¿ por qué no? …….Flashhhh!!!

3º Lobster Wall:Quizás la mejor de Mabul. Es una pared vertical repleta de vida pequeña. Encuentro miles de bichitos que fotografiar, veo a Carmelo atareadísimo. En las paredes cuelgan una especie de flores amarillas que las llenan de colorido.
Veo a todo el mundo bicheando con las linternas. Llega mi “turno Canon”, hoy se me dá mejor , quizás porque los pequeñines no se mueven y resulta más facil pensar la foto. Carmelo me localiza varios nudibranquios muy llamativos, por lo que voy de roca en roca, disparando fotos.
Aprovechamos la tarde para dar un paseo por el pueblo que aun no lo hemos visto, Sergio nos acompaña para indicarnos el único punto con cobertura en la isla, un montículo mas allá del pueblo. Tardamos más de una hora en llegar, llevo la cámara y voy parando cada dos por tres. Está lleno de crios pequeños, corriendo por todas partes. La gente es muy amable, todos nos saludan.

Pasado el hotel Water Bungalow están las casas del pueblo y más adelante la montaña de la cobertura! Después del largo paseo, nos preparamos para la cena. Hoy toca video!
Con unas cervecitas ocupamos el salón de la TV a ver qué nos trae el cámara.
¡Es la risa!!! Vaya rato más bueno que pasamos, desde el comienzo al final del video: con la grabación de Carmelo metido en el pilón de endulzar los trajes!
Nosotros madrugamos mañana , nos toca a las 5:30, así que nos despedimos del grupo que se van a tomar alguna que otra cerveza más.
Viernes: 5:30 A.M. desayunados, en nuestro barco de chinos rumbo a Sipadán.
Nos ha tocado una instructora, Maddy, a ver que tal .Dropp Off: Bien!!!Quería repetirla!!! Penúltimo día de buceo, parece que no iba a llegar pero esto se acaba.

En el barco, viendo amanecer, intento memorizar éste momento, para cuando nos hayamos ido y Sipadán sea un bonito recuerdo. Hoy, intentaré más que nunca disfrutar de nuestras últimas inmersiones en este fantástico lugar.
Maddy, nos divide en tres grupos de cinco, mejor ,a menos patadas tocamos!!.
El día vuelve a estar nublado. Al agua! Nada más sumergirnos noto la corriente y mucha vida!!Es lo bueno de las corrientes. Un cardumen de jackfish a muy poca profundidad y varios atunes ¡enormes! Llendo y viniendo. Nos quedamos parados contemplando la escena, a unos 15 m en un recodo que hace la interminable pared vertical, con la mirada hacia lo que pasa encima nuestro En un momento aparecen los jorobado, puntas blancas, los atunes, los jackfish… todo visto a contraluz ¡Es puro espectáculo!!
Sobran una decena de chinos ,nada más, que se agolpan a porrazos, en el escaso espacio del recodo. Carmelo no para de tirar fotos. Yo contemplo la vista, quieta, de abajo hacia arriba, disfrutando del desfile, es un momento para recordar, no sé describir lo que siento, éxtasis, estoy emocionada. Este instante vale las 30 h de vuelo!!!
El grupo se ha ido, hay que avanzar. Vamos los últimos, veo la botella lejana de uno del grupo y muy por detrás de mí, Carmelo en un coral rojo con los labios dulces.
El paseo por Drop Off es increíble, a la derecha la pared que se pierde en el abismo, a la izquierda, el enigmático azul que oculta todos sus secretos.
Mirando al azul, la vista se me va, es como una alucinación, sólo azul!
Se pierde la dimensión, reflejos de luces, los rayos solares o el movimiento de algún gran pez, es una caja de sorpresas, puedes esperar cualquier cosa en cualquier momento, ¡ésta es la Magia del Azul!!!!
Sigo la pared, con enormes gorgonias descolgadas por ella. Los Corales, como abanicos desplegados se agarran a la roca suspensos en el azul. En los recovecos pequeños bancos de peces, los labios dulces también se dejan ver.
Ya he perdido al grupo, Carmelo sigue más atrás.
Respirando hondo sigo contemplando el imponente escenario a mi alrededor, la falta de luz otorga un aire fantasmal, parecido a la sensación que produce la niebla en las calles.

Aquí, sóla conmigo misma, tengo la mente en blanco, sólo queda sitio para disfrutar, el único sonido, mi regulador , que transcribe con burbujas mi respiración pausada. El mundo se ha detenido ¡Qué sensación de Plenitud! Estoy en los dominios del Rey mar .
Mirando al azul, reconozco la inmensidad del mar, mi insignificancia en éste gran mundo, regido por otras leyes, otra vida, lejana a la que conocemos, magnífica.
Todo fluye sin prisa, sin sonido; Espectadores de un mundo infinito que nos consiente pasear por él, una breve estancia al borde de la sima, para descubrir una infinidad que nunca conoceremos, un mundo inconquistable que durante una hora nos hace olvidar que no podemos quedarnos, visitantes privilegiados con tiempo límite de permanencia.

Mi nirvana termina al ver a Maddy esperándonos en la parte superior, vamos subiendo, lentamente, ¡ Se acabó Drop Off ¡

Desayuno en Sipadán, ya no hay grupo con el que hablar. Nos sentamos en el puente a tomar el sol que ya ha salido. Ratito de relax, viendo las aguas azul turquesa que llegan a la arena blanca de Sipadán.

South Point: bien! Una de tiburones! Leche! Qué corrientón ! nos tiramos y bajamos rápidamente hacia la parte más profunda. Esto es un “salvese quien pueda”, la corriente es bestial, si no te agarras bien te arrastra.
Los tiburones aparecen por todas partes, van y vienen sin posarse, revueltos, las corrientes animan a cazar y los tiburones andan al acecho.
Contemplamos la escena, cada uno desde la roca a la que ha podido sujetarse, la clave está en encontrar un lado que te resguarde de la corriente, pero al intentar avanzar nos vuelve a pillar. Me empuja con fuerza hacia delante, hasta que logro agarrarme a otra roca. Un poco más arriba, Maddy me sonrie,abriendo mucho los ojos ” ¡!Qué corriente!!”
Muerdo el regulador para que no me lo arranque, lejos del miedo, me parece divertido. Es como una furia de agua cabreada que arremete contra el grupo.
y como siempre, somos los últimos en salir, apurando los sesenta minutos; Mientras quede aire…

Mandarin Valley: No merece mucho la pena . Según bajamos perdemos al grupo, inconsciente o conscientemente .. Je,je..; me toca turno fotográfico, un minúsculo pez pipa, una morena y poco más. Cambiamos a las rocas, esta inmersión resulta un poco pobre. Aparece el tedioso grupo. Maddy ejerce de instructora y nos avisa con un pequeño choco que cambia de color. Entre las rocas una morena de gran tamaño, aunque está muy dentro. Intento coger buena posición acercándome más, la jauría de chinos se avalanza a ver que es lo que fotografiamos, de primeras recibo un empujón que me desplaza y no contento con lo que ha visto, el amimal que me ha propinado el empujón se larga dándome una patada con la aleta en la cabeza!!! Esto es el colmo!! Turistas!!
Y por hoy se acabó el agua, hemos intentado, a través de Maddy, que es un encanto, conseguir la inmersión de la Cueva de las tortugas, pero es demasiado tarde, no hay días, y el que se encarga de ello,David, una especie de chino cabezón con el pelo rapado y macizo de grasa, no pone mucho empeño, con la misma sonrisa japonesa, llena de dientes , nos dice: “NO”

Hoy tenemos cenita de despedida en el Water Bungalow con el equipo de cabras locas.
Hemos quedado sobre las nueve, primero unas cervecitas en el bar con vistas al mar, hay gente saliendo de la inmersión nocturna del muelle, tiene buena pinta!! Al final no hemos hecho ni una de las “inmersiones ilimitadas desde costa” del programa de viaje.. Parecía que nos iba a sobrar tiempo y nos está faltando!!!
La cena está muy divertida, Pipo y Ernesto empiezan a contar batallitas de verano, esta gente son la risa! Ha sido bueno conocerles, nos proponen quedar en Madrid, también organizar alguna escapada de buceo. Volveremos a vernos. Por cierto, nos fuimos sin pagar! Por lo menos nosotros dos, revisando más tarde la cuenta del hotel, no nos cobraron esta cena en ninguna parte: Sin-pa en Sipadán!! Je,je..
La vuelta a nuestro hotel es digna de ver, en el carrito tipo golf que nos lleva, nos subimos todos! ¡Los nueve + el conductor!! Esto vuelca!!!o se rompe el puente según pasemos!!!Estallido de risas, parece el bus del colegio.
Ya en nuestro hotel, fotos todos juntos, viene Amir, Pepito-como apodamos al ayudante- y el capitán a por la propina.

Esto merece un capítulo aparte: Por la mañana les dijimos que a la tarde les dábamos la propina y esta gente no se debe fiar ni un pelo de nuestra memoria, han estado todo el día en vilo! En la comida , apareció Amir a enseñarnos las pegatinas que- por la noche – nos daría ….¿ Moneda de cambio?...
Cenando en el WB, volvió a aparecer Amir!! Sólo para decirnos, a Carmelo y a mí, que mañana nos tocaba en el smart 7 con él. Y todo esto con una sonrisa jamás vista!!
¿Cómo nos localizó en el WB???? En mitad de la cena, aparece un fulano con el walkie preguntando por Carmelo ¡ Esto es la leche!! Es Maddy , para confirmarnos que mañana vamos en el smart 7 a las 5:30 ¿¿También se está currando el aguinaldo?? Y toda esta gente…¿¿¿¿ Cómo sabe que estamos aquí???!!!!!
Retorno al momento con Amir: Allí está esperandonos, como la loca en el muelle de San Blas. Creo verle respirar. Momentos intensos, por fín reciben lo suyo, todo son sonrisas y fotos!! ¡!!!Amir es todo dentadura!!!! Que rule la cerveza!!!! Volvemos a poner el video, nos hacemos con los sillones del saloncito, la alegría de un fin de viaje satisfactorio.
También están la pareja de canadienses que han sobrevivido a nuestro grupo, la única pareja que después de la primera vez de barco con nosotros, volvió a repetir!!!
Estos también nos han dado buenos momentos..de risas!! Ella, anda como si fuera un interrogante, con las patitas muy juntas y muy rápido. Con unos bikinis obsoletos, que le tapan hasta el ombligo! El, gordote, con cara rechoncha, se enciende tres cigarros a la vez, están por la labor de darnos conversación…en inglés!!
Enganchan a Carmelo, yo intento escapar como puedo, Ernesto me echa un capote y me llama ¡esta es mi oportunidad!!Y allí queda Carmelo speaking enghish con los dos piraos! Y metidísimos en conversación! Ernesto se queda flipado: “ Joder con Carmelo!! Toda la semana con Jorge de traductor y mírale cómo habla ingles!! Si sabe y todo!!”
La pena es que no podemos alargar mucho más la reunión, mañana toca 5:30 que nos han informado bien… Así que nos retiramos a dormir las horitas que quedan. Mañana nos despediremos del grupo.


Sábado : 5:30 A.M. como dije antes. Smart 7 , Amir. Nuestras últimas inmersiones en Sipadán!!! South Point!!! Tripitimos!!!

Como mañana tenemos vuelo a las 14 h hemos dicho de no cargarnos mucho con el nitrógeno, nos tomamos la inmersión a poca profundidad, es una pena porque donde más tiburones se ven es bajando un poquito.Según nos tiramos, hoy los dos primeros, corriente, no como ayer, pero se nota y eso casi sin bajar mucho.Vemos, poco después que el grupo cae y desaparece. Oppps!!! Qué lástima!!!Como conocemos el sitio, vamos avanzando por la parte más alta, a nuestras fotos. Como de costumbre, al final de la inmersión aparece el pelotón Salimos….adivina….los últimos!! Todo el mundo sentado esperándonos, bueno, unos tardamos, otros dan patadas.. Amir nos pide perdón por habernos perdido “ No hay de qué, hombre!!”

En la 2º ya es premeditado, Amir se vuelve varias veces para indicarnos el avance, a la 3º vez habrá dejado de vernos! Je,je….Esto es buceo a la carta!! Mid Ref. no lo conocemos, pero sí la opertiva, a los 60¨salimos del agua y que nos recojan!
Es una pared a la izquierda, aunque el grupo se queda por arriba, nosotros tiramos por abajo.Resulta bastante bonito, mucho coral, tortugas, tiburones, Batfish, globos, Sipadán en una palabra.!!Mis últimas fotos que me recuerdan todo lo que tengo que aprender. Buceo recreativo al máximo, disfrutamos del paseo. Ültimo tramo arriba, con los corales duros y al barco, con todos los señores sentados “¡encantados, gracias por su compañía!” ji,ji..

Desayunamos con nuestro amigos que ya están equipados para irse, nos damos los correos y teléfonos. Hemos pasado unos días muy buenos con ellos. “ ¿Qué clase de persona viaja con una cucaracha de plástico en la maleta?” decía Sergio después de la broma que le gastamos , poniéndole la cucaracha en su plato. En el muelle les despedimos junto a las chicas del resort que también han venido a decir adiós. Hacemos la ola mientras se alejan y recibimos contestación : “ OoooooHHHH!!!! Se oye.

3º inmersión. Le habíamos sugerido a Amir ir a Lobster Wall, la mejor de Mabúl, no sé si es casualidad o que aún le dura el aguinaldo, pero allá vamos!

Una hora después, se acabó el agua!! Esto ha sido todo, la próxima vez habrá que venir más dias, porque una semana es una pequeña muestra de todo lo que queda por ver.

Como tenemos toda la tarde por delante, hacemos ruta por piscina, jacuzzi y playa semi desierta de arena blanca.

Por la tarde, o mejor dicho, más tarde,aquí he perdido la noción del tiempo, volvemos al pueblo a sacar más fotos del lugar.
Los niños, simpatiquísimos, con cara de pillos, siempre sonrientes y dispuestos a salir en la foto. Todos posan de la misma manera, con los dedos en uve o con un gesto de “Qué pasa colega”
Decidimos cenar en el otro restaurante, hemos hecho fotos por allí antes y olía de maravilla! Aunque nos ponen pegas en el Smart, forzamos un poquito la situación y aceptan.El carrito viene a buscarnos, hoy el viaje es más ligero que ayer. .
La cena, un homenaje de último dia, ahhh!! Por fín variedad!! Se puede elegir!!Y todo riquísimo!! Una cervecita para acompañar, lo digo en diminutivo con coña, porque aquí son de tres tercios!! Bebemos Tiger, marca Malaya ¡que no se diga¡

Domingo : Y llegó el final, desayunamos o comimos, , y al muelle con el equipaje.
Dingo ,el perrillo, corretea por allí, y la francesa con la que buceamos el primer dia, que nunca se dignó a saludarnos ni en inglés, ganándose los comentarios de estirada, sin ninguna discreción por nuestra parte- se para al vernos, o eso parece.
Al pasar a su lado, nos pregunta en perfecto castellano que si nos vamos ya, que pena, ella se queda cinco días mas y se despide. Creo que Carmelo se ha quedado tan de piedra como yo:!!!!Hablaba español!!!y hasta ahora ni una palabra!! La muy zorra, lo ha hecho adrede seguro! Para que sepamos que nos ha oido y entendido estos dias atrás. Bueno, que espabile si no le gusta lo que ha oido.

En el barco, las chicas del resort, salen a despedirnos ¿lo harán todos los dias con cada barco que se vá??
Seguro que sí porque aquí siguen el guión a raja tabla ¡Vaya marketing¡¡

Y desde el barco vemos cada vez mas lejos la Isla de Mabúl y las palmeras de Sipadán.
Hace unos días estábamos cada vez más cerca y hoy nos vamos, por suerte , llenos de recuerdos y sensaciones que este paraíso ha dejado en nosotros.. Un millón de fotos, unos amigos nuevos y un sin fin de recuerdos es nuestro billete de vuelta. Y ese gusanillo en el estómago….

“No queda atrás, lo llevamos dentro”
Bonito silencio que no quiere desprenderse de los últimos instantes de Sipadán.

FIN






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8. UN CUENTO para SUBMARINISTAS SOBRE LA LIBERTAD Y LA CRISIS. Basado en ISAIAH BERLIN.

Había una vez un pez sapo al que le gustaba salir a pescar, de hecho iba andando más que nadando ya que sus aletas pectorales parecían dos pies. Otra singularidad de su cuerpo es que llevaba incorporada también como todos los suyos, “una caña de pescar y en la punta, un aparente gusano”, que le servía de cebo para confundir a sus presas. Cambiaba de colores para mimetizarse en forma de alga, esponja o roca y así escapar de sus enemigos pero la transformación era laboriosa, tomaba días.

Le hubiera gustado vivir sin tener miedo a los demás. Habría un modo de conseguirlo: crear un código de normas en su ecosistema que limitara los instintos primarios. Leyes para alimentarse a ciertas horas, dónde comer, qué especies deberían de ser prioritarias, y así sucesivamente.

Pero cada vez que alguien analizaba una de las reglas, descubría que no era justa. Si se decidía a quién se podía comer, los que serían comidos seguro que tendrían algo que objetar. Sólo cuando se pensaba en comer plancton era cuando -como los minúsculos animales no decían nada– se conseguía cerrar la discusión en el interior de la mente pensante, pero incluso así no parecía una idea adecuada.
Afortunadamente la idea de proteger a todos los peces que nacen es matemáticamente absurda, los 9 millones de huevos que ponen por ejemplo las hembras de bacalao, si se salvaran, poblarían el mar hasta su destrucción en pocos años.

Pero si no se conseguía poner algún freno a la libertad de los instintos, la vida resultaba insoportable. Las sepias macho en celo, no dejaban en paz a las féminas. Los cangrejos sólo podían pasear de noche. Los nudibranquios que no tenían pigmentos de colores para publicitar su toxicidad
http://www.hydronauta.com/temas/biologia/nudibranquios/nudibranquios.htm, vivían enterrados en la arena. Los caballitos de mar macho (Hippocampus sp.), curiosamente responsables de la incubación de los huevos, al nacer las crías, se comían tantas como podían, mientras las madres andaban desaparecidas.


Era preciso que se cumpliera alguna norma, quizá lo más justo sería poner unas que ayudaran a la mayoría. En su afán de regular, el que hace las leyes, descubre que bajo la apariencia de justicia, puede conseguir muchas ventajas, incluso extenderlas hacia aquellos que le son próximos. La tiranía es una solución, si de frenar instintos animales se trata.

De hecho lo que le gustaba al pez sapo, era comerse a los vecinos. Cuando éstos por error, mordían el cebo de la antena simulada o sorprendidos por su camuflaje, se le acercaban inconscientemente a las proximidades,conseguía extender su rapidísima boca, hasta 12 veces su tamaño.

Estaba claro que la naturaleza del también denominado pejesapo, sp. Antenarium, como la de todos los animales era conflictiva, sus instintos al llegar a la esencia eran contradictorios, por una parte era bueno y entendía lo que era ser madre y cuidar de los huevos, no como los caballos de mar, pero por otra, para cazar había ingeniado artes sofisticadas.

Si ejercía la compasión como valor moral, en el caso de alimentarse, iba irremisiblemente a morir de hambre. Es que ni aplicando la justicia o la compasión, se consigue ser ecuánime. La injusticia está asociada a la vida y aceptarla no es necesariamente claudicar ante los ideales, o no tener principios. Por mucho que busquemos no hay valores absolutamente justos.

El cumplimiento estricto de normas gregarias en las sardinas, obedeciendo las leyes del grupo, crea cardúmenes detectables con facilidad por los depredadores tanto aéreos, -los humanos- como marítimos. Aunque la idea sea protegerse entre todos, unos pocos consiguen escapar y el experimento estaliniano, genera momentos de gran crueldad para todo el banco.

Peor aún les iba a los salmones que como leyes utilizaban una especie de moralismo religioso: peregrinar posesos, en un momento de su vida, para depositar huevos donde habían nacido, ayunado después hasta el final. Muriendo irremisiblemente cual camicaces, como adoradores de un absurdo ideal. En aquellas sociedades donde los dogmas son la ley, todo es innegociable, causando un sufrimiento extremo.

De la tiranía de los instintos, a la de las normas en las dictaduras o las teocracias, se había avanzado muy poco. El concepto de la buena vida en libertad seguía sin descubrirse. Buscando modelos sobre cómo resuelven el dilema otros seres irracionales en el mar, el pez antelado, no hallaba respuesta.

En otras aguas se oía el concepto democracia y libre mercado. Si entre todos se hacían las leyes y se elegían a los que gobernaban se podían conseguir estados de bienestar más elevados. Pero si todo valía, cualquier planteamiento bien argumentado, daba lugar a situaciones aceptadas pero injustas.

“Y así llegamos a la crisis económica del 2008”.

Por ejemplo, las rémoras se subían al mejor postor para desplazarse, sin ofrecer nada a cambio. Ir de viaje, como para muchos seres vivos, es una necesidad, de lo contrario al no oxigenarse, su vida peligra.

El comensalismo de este pelágico de aguas tropicales http://www.paginadigital.com.ar/articulos/2002rest/2002sext/mar/17-8.html le había llegado a desarrollar una especie de ventosa en la parte superior de la cabeza. Le gustaba viajar preferentemente en tiburón y tortuga pero también en manta, mejor sobre un depredador ya que estos después de un festín dejan comida por todas partes.

Pero los peores en ese sistema de libre mercado, eran los parásitos. Argumentaban que eran útiles, decían ser; limpiadores, como de verdad lo eran las pequeñas gambas, pero además de ser falso su título, eran tan golosos que acaban matando por enfermedad a sus presas.” Y los banqueros se cargaron el sistema financiero”.


Del fuste torcido de la humanidad es imposible construir listones rectos.
¡No hay ecosistemas que garanticen la libertad!
-Pensaba el sabio pez del cuento-.


Al pez sapo. Lo visto, en la zona de las rémoras y los parásitos, a pesar de todo, era lo que más le había gustado, pero hay que intervenir de forma rápida y contundente para limitar excesos.
El mercado parece ser la mejor forma de dividir el uso de las pertenencias y la menos injusta de las injusticias es la que resulta de exigir auto-responsabilidad. Una propuesta de espacio en libertad que sólo pueden experimentar seres inteligentes.





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viernes, 3 de abril de 2009

7. EL HOMBRE DE SAL

Mi lugar preferido era la zona de Ses Salines, con estanques de diferentes colores, las montañas de sal, los flamencos, la playa, la torre... Al salir de la playa des Cavallet hay una ruta de alto valor paisajístico pasando por la torre de Ses Portes y volviendo a Ses Salines por caminos cubiertos de pinos y sabinas. Muy cerca, en Cap des Falcó, se pueden admirar unas puestas de sol espectaculares. Allí me di cuenta enseguida de los contrastes de la isla: el invierno y el verano, tan diferentes en todos los aspectos.

Como instructora de buceo he realizado centenares de inmersiones en las aguas pitiusas, pero nunca lo había hecho en la zona de Cap des Falcó. De tanto en tanto iba a la puesta de sol y durante el verano aprovechaba para darme un baño, desnuda, en el momento justo en que el sol entra en el agua
¡Es una sensación mágica que me llena de energía! Lástima que esta experiencia no pudiera compartirla con nadie.
Hacía poco más de un año que había acabado una relación muy larga que me absorbía y me tuvo prisionera de mis relaciones sociales y al acabarse me di cuenta que mis antiguas amistades habían desaparecido. Así que me refugié en mi trabajo (qué original) y en mis paseos y excursiones que se alargaban durante horas, donde reflexionaba sobre todo, de mi relación sentimental.
Aquel hombre no me merecía. Era un egoísta que no se preocupaba por mí ni le importaba nada que no fuera su trabajo en el barco, su perro y pasarlo bien con sus amigos. Además, se metía siempre con mi cuerpo y eso me llenaba de ira. Es cierto que tengo algunos kilos de más. Puede que demasiados pero es mi constitución y ya los tenía encima cuando empezamos a salir juntos.
Claro que, al principio, todo eran alabanzas y flores, especialmente hacia mis voluminosos pechos: – ¡Qué maravilla! –decía, –no sabes cuánto me gustan. También hacía referencias a mi piel: –es tan suave, tan frágil,… –Pero con el paso del tiempo, aquello declinó en insultos y humillaciones: –tus tetas empiezan a caerse, tendrás que hacer alguna cosa o – ¡No se dónde vas con ese culazo!– Además, aunque no lo pareciera, yo intentaba controlar la dieta pero a él le encantaba ir a restaurantes de comida rápida y eso a mi me ponía más furiosa. Las discusiones se hicieron en seguida demasiado frecuentes.

Una vez superada la época de tristeza y melancolía, que duró unos meses, disfrutaba mucho de mi nueva situación.
Ahora me podía permitir llevar una dieta equilibrada que me ayudó a perder unos cuantos kilos. Además hacía, en general, vida más sana, alejada de los restaurantes de comida rápida que tanto odiaba.
Al principio, no podía quitarme de la cabeza a mi Bartolo y su incapacidad para preparase alguna cosa de comer que no fuese un bocadillo. Un día, después de una gran discusión por este hecho, me encontré al llegar a casa una olla llena de macarrones con una salsa extraña, que me calenté y me comí con mucho cariño, por el mero hecho de que se había esforzado, por primera vez, preparándome la comida. Es cierto que tenían un regusto extraño, que atribuí a su falta de experiencia en las artes culinarias. Con todo, me zampé todos los macarrones. Por la noche, cuando llegó, le agradecí el gesto con una bienvenida romántica con velas y música suave, pero su única respuesta fue enfadarse y gritarme porque me había comido la pitanza del perro que había preparado con una bolsa de pasta caducada, llena de gusanos y las sobras de embutidos que encontró en la nevera. En ese momento comencé a odiar al perro, aunque nunca había tenido especial simpatía por el animal y hasta entonces me había esforzado por llevarnos bien.

Ahora, en cambio, veo ese hecho con la perspectiva del tiempo y puede resultarme incluso divertido, pero entonces me enrabió con fuerza.
Aquel suceso hizo adentrarme mas en mi y sumergida, nunca mejor dicho, en las profundidades de mis reflexiones me di cuenta que tenía que mover ficha. Fue con estas primeras discusiones cuando tomé la costumbre de ir sola a Cap des Falcó una vez terminado el trabajo. Llegaba a la puesta de sol y nadaba un rato en sus aguas tranquilas y cálidas, con una máscara y unas aletas, para poder contemplar las maravillas submarinas que conozco tan bien.
Practicar submarinismo relaja y al mismo tiempo, te abre la mente. Hay que saber mirar para poder ver y esta habilidad se educa con el tiempo.
Ver es percibir a través de los ojos y no requiere ninguna implicación o esfuerzo. Mirar, en cambio, es fijar la vista en alguna cosa e implica voluntad, conocimiento, búsqueda e intención.
Algunas veces, buceadores noveles dicen que no han visto nada porque no hay nada de vida. Lo primero puede ser cierto, ya que es posible que esté más preocupado por controlar el equipo, la flotabilidad, el manómetro, la brújula o para seguir al grupo y no se haya dado cuenta que ha puesto la mano al lado de una estrella o un pulpo le ha acariciado la aleta. Es evidente que el mar está lleno de vida, la mayor parte de la cual se mimetiza para poder sobrevivir.

Fue una de esas tardes, en los fondos marinos de Cap des Falcó, cuando distinguí una figura extraña que me observaba desde la profundidad. Era de color blanco verdoso, medía cerca de dos metros y de un movimiento muy rápido desapareció, después de dedicarme una sonrisa, en dirección a las rocas. Tardé unos segundos en asimilar aquello y me arrepentí de no llevar mi equipo completo de buceo para poder seguirlo. Mientras me secaba, contemplaba la luna llena que acababa de aparecer, pero mis pensamientos estaban allí abajo.
Durante muchos días estuve dándole vueltas a la cabeza sobre qué podía ser aquello tan extraño pero no quise comentarlo con nadie. No quería poner en peligro el prestigio que me había ganado a lo largo de los años como profesional. Busqué información de todas las especies extrañas que podían existir, pero ninguna de ellas se parecía a aquello que había visto. Regresé muchas veces al mismo sitio, pero no lo volví a ver y dentro de mi cabeza tenía grabada aquella figura extraña de un modo que comenzaba a obsesionarme. Pensé que era hora de hacer una inmersión, con el equipo completo, a aquella zona.

Con mi coche viejo y destartalado me acerqué hasta aquella punta que se había convertido ahora en misteriosa y enigmática. El equipo se movía y resonaba cada vez que cogía un bache. Un requisito imprescindible que enseñamos a nuestros alumnos es que nunca se ha de realizar una inmersión sin ir acompañado, pero la curiosidad podía más y por primera vez bajé sola, después de ponerme el equipo completo. La botella de quince litros me la puse en la espalda con cierta facilidad, debido a los años de experiencia. Durante los primeros minutos iba un poco nerviosa, aunque sólo había bajado hasta los veinte metros y la visibilidad era excelente. La profundidad se incrementa de manera considerable a poca distancia de la costa, de donde no quería alejarme.
En seguida me adentré en ese mundo dominado por el silencio sólo interrumpido por mi respiración pausada, me relajé y, con los ojos bien abiertos, captaba todo aquello que no podía observar desde la superficie. Ahora podía darme cuenta, como ocurre en toda la costa, del impacto negativo que las anclas de las embarcaciones producen en las plantas marinas, especialmente en los algueros, protectores naturales del litoral y fuente de vida de numerosas especies, que tienen en estas praderas de poseidonia oceánica su alimento, su hábitat y su refugio.
Cerca de la costa, las caprichosas formas de las rocas dan una imagen sorprendente con multitud de peces de diferentes colores que parecen adivinar mis intenciones y movimientos. Bajo los acantilados con colonias de aves marinas, se encuentran pequeñas cuevas milenarias y oscuras que he de iluminar con la linterna, donde es fácil descubrir un mero perezoso o la cabeza de una morena que saca, curiosa, por una pequeña rendija. Muy cerca de donde estuvo aquella enorme figura, mi corazón empezó a palpitar con fuerza mientras intentaba encontrar alguna pista que me pudiese conducir hasta aquel ser tan extraño. No encontré nada aparte de una pared llena de esponjas de diferentes colores.

El tiempo siempre pasa muy rápido cuando se está allá abajo. Habían pasado casi sesenta minutos que me parecieron veinte. Después de dar unas cuantas vueltas más tuve que volver a la superficie porque estaba acabando el aire, así que tomé la decisión de traer dos botellas la próxima vez, que fue al día siguiente Durante ochenta y siete minutos recorrí de nuevo toda la zona pero tampoco encontré nada. Eso no me hizo desistir, al contrario, perseveraba día a día en mi intento de volver a ver aquella especie de monstruo marino. Me había obsesionado con la idea y no pensaba en nada más que en aquella última inmersión del día. Estaba segura que más tarde o más pronto volvería a ver aquella enorme y enigmática figura. Fue al final del verano cuando, una tarde que amenazaba lluvia, ocurrió. Todo el que practica submarinismo sabe que no hay dos fondos idénticos ni se hacen dos inmersiones exactamente iguales en un mismo fondo. A pesar de ello, ya me había fijado una ruta y me conocía cada roca de aquel lugar. El mismo calamar juguetón, el mismo cuerno, la misma cigala, las doncellas o aquel mero perezoso de la pequeña cueva. Todo me era familiar y mi presencia ya no parecía incomodarlos. Con la linterna, descubrí una gruta estrecha casi taponada por un gran número de esponjas, donde también había algún congrio. Intenté entrar, pero me quedaba poco aire y dejé la incursión para el próximo día con un equipo más apropiado.

Cuando el sol está a punto de desaparecer tras la silueta de Es Vedrà, mucha gente comienza a congregarse allí para disfrutar del espectáculo. Por ello decidí llegar un poco más pronto que de costumbre, ya que no quería ser el centro de atención de todas aquellas personas. Había depositado en el coche dos botellas más pequeñas, de doce litros cada una, una linterna más potente y un cuchillo que me até a la pierna, además de material que conservaba de mi época del grupo de espeleología submarina, como una especie de casco con luces.
Sin hacer la ruta habitual, esta vez me dirigí directamente a la entrada de la gruta camuflada para ahorrar así aire. Allí até un cabo-guía de color blanco mientras el otro cabo lo llevaba conmigo, con la intención de ir soltando cuerda sobre la marcha. No me costó mucho meterme, eso sí, con los nervios a flor de piel. Lentamente, avanzaba por un sendero estrecho sólo iluminado por los rayos potentes de mi casco y de mi linterna que llevaba en la mano temblorosa. Las pequeñas burbujas de aire se quedaban pegadas al techo irregular, que ahora iba formando una ligera inclinación hacia abajo. Al cabo de unos minutos, que me parecieron siglos, distinguí un pequeño rayo de luz proveniente de un lado de la gruta, justo donde se hacía más ancho. Mi ordenador marcaba 32 metros de profundidad. Me dirigí con cautela hasta aquel punto y me metí por aquella bifurcación hacia arriba. Allá el medio se hacía más hostil debido al fango que iba removiendo con las aletas. Palpando con las manos debido a la casi nula visibilidad afloraron en mi interior miedos ancestrales como la asfixia o el temor a aquello que nos es desconocido. Estaba a punto de dar media vuelta cuando volví a ver luz, esta vez más cerca. El agua se volvía más clara y podían distinguirse las paredes de la galería que se iba ensanchando. Era un sifón que daba a un pequeño lago subterráneo donde salí a la superficie. Sentada sobre una roca y con los pies aún el agua, me quité la máscara y me di cuenta que la gruta tenía una altura considerable. Había otra cueva más estrecha con estalactitas que colgaban del techo que en algunos casos acababan uniéndose con estalagmitas, formando pilares de formas sorprendentes. Otra cosa que me llamó la atención fue la sal gruesa que había repartida por el suelo. Había un reguero que se dirigía hacia la entrada de aquella caverna. De allí venía el punto de luz así que decidí dejar las aletas y la parte del equipo más pesado. No sé de dónde saque el valor suficiente pero continué a pie, con mucha cautela, por aquella cueva serpenteante hasta que ésta se abrió en una gigantesca gruta. Me asusté mucho cuando vi la figura blanca que perseguía. Estaba fuera del agua y caminaba como una persona. Se giró y al mirarme sonrió y me hizo gestos para que le siguiera. Manteniendo las distancias continué con los ojos bien abiertos mientras un olor que me resultaba vagamente familiar comenzaba a inundar el ambiente. De pronto otras figuras, más pequeñas se juntaban con la primera y movían sus cuerpos de forma graciosa y muy animada. Se diría que estaban contentos. Cada vez había más y más personajes de aquellos. Esa gigantesca gruta parecía pequeña cuando una multitud de figuras grandes y pequeñas iban saliendo de todos los rincones.
¡Qué descubrimiento! ¡Una especie de civilización primitiva con los cuerpos de sal! El ruido comenzó a ser más fuerte llevándose toda la tranquilidad que había reinado hasta ahora, ¿Qué era aquello que se escuchaba por encima del ruido? Un tipo de música extraño, puede que una mezcla de hip-hop y techno-trance. Se dirigían hacia el punto de luz y por el camino otros cuerpecitos delicados, igualmente felices, se iban uniendo al grupo más numeroso. Aquello me hizo mucha gracia y me relajé un poco mientras me preguntaba cómo sería su poblado. – ¿Vivirían en cavernas? ¿Habrían descubierto el fuego? ¿Se comunicarían mediante una lengua primigenia?– Tenía que llegar hasta el punto de luz para obtener respuestas.
De pronto, adiviné qué era aquel olor que lo impregnaba todo: ¡era el olor de patatas fritas y hamburguesas! En una especie de estado de shock llegué al punto de luz. ¡No podía ser! Había una calle iluminada con rótulos de neón de todos los tamaños y colores pero uno destacaba por encima de los otros.
Con letras amarillas se podía leer: Mc Donald’s.


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